
La motivación y la disciplina han sido una constante en la vida del pequeño protagonista de este testimonio. Cuando la Fundación acogió al niño, en 2017, hizo realidad su sueño de hacer parte de una escuela de futbol, luego de motivarlo a recuperar segundo de primaria, año que estaba a punto de perder por segunda vez. En menos de tres meses, nuestro pequeño logró ganar el año, con el apoyo de la profesora de nivelación contratada por la Fundación para él.
Pero ese no fue el único reconocimiento, porque su rendimiento académico mejoró tanto, que el colegio le otorgó un diploma al mérito por su esfuerzo personal, al finalizar el grado tercero. Entonces, la Fundación continuó sembrando en sus sueños deportivos. Ahora, en 2020, cuando el pequeño está cursando quinto grado, el testimonio del Amor de Dios y la disciplina del niño sigue tocado los corazones de los docentes de su colegio.
Es así como, aun en medio de la pandemia, nuestro beneficiado ha logrado tales avances en sus hábitos de estudio, el orden de sus cuadernos y el mejoramiento de su caligrafía, que incluso su profesora no dio crédito al cambio y, en principio pensó que quien hacía los deberes era la profesora de nivelaciones contratada por la Fundación y no el niño. Todo esto ha dado la Gloria a Dios, pues la docente del colegio expresó: “Felicitaciones al niño y a la maestra (de nivelaciones)… y a ustedes por ser ángeles de Dios para esta familia. Dios los continúe bendiciendo”.
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